HISTORIA

PARROQUIA MATRIZ DE NTRA. SRA. DE LA CONCEPCIÓN
SANTA CRUZ DE TENERIFE

La Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, está situada en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, ésta ciudad, ubicada en el antiguo menceyato de Anaga es, sin duda, la primera que se constituyó en la isla de Tenerife. El día 1 de mayo de 1494, cuando los conquistadores españoles hicieron su desembarco en las playas de Añaza, su  general D. Alonso Fernández de Lugo plantó en la arena una cruz grande de madera que traían. Con troncos de árboles y ramas, formaron un entramado, bajo el cual se celebró el día 3 de mayo, fiesta de la Invención de la Santa Cruz, el santo sacrificio  de la Misa.
Cuando el 31 de mayo se levantó el campamento, aquel cobertizo con la Cruz permaneció en el mismo lugar, y junto a ella, se fue creando un vecindario que, a partir de 1497 se fue consolidando de modo permanente y creciente como pueblo. Entre los años 1498-1500, D. Alonso Fernández de Lugo mandó edificar una iglesia, en el lugar que hoy ocupa la parroquia, y puso al cuidado de la misma a su capellán Alonso de Samarinas, canónigo de Canarias. Es éste el primer templo edificado en la isla de Tenerife. En el año 1499, esta iglesia fue constituida parroquia, desmembrada del beneficio de La Laguna. En 1533 fue elevada a la categoría beneficial concediéndosele un párroco de presentación real.
La iglesia se amplió en 1458. Se construyó también el baptisterio y una torre que, en 1618, el obispo Antonio Carrionero mandó derruir.
Durante el siglo XVI y primeras décadas del siglo XVII, la iglesia llevó “una vida languidecente y precaria”. La pobreza del vecindario, compuesta mayormente de pescadores, navegantes y algún comerciante, se reflejaba también en la pobreza de la parroquia.
Hacia la primera mitad del siglo XVII, comenzó el crecimiento económico y comercial de Santa Cruz de Tenerife que repercutió, en muchos aspectos de la vida ciudadana, y por supuesto también en la vida parroquial. La iglesia resultaba ya pequeña por el aumento de la población, y su párroco Luis González Guirola, mandó a construir una nueva iglesia de tres naves que se haría por partes. Hacia el año 1640 se comenzó ésta construcción empezando por la capilla del Evangelio dedicada a san Bartolomé y costeada por el capitán Gaspar Rodríguez Riverol y su esposa. La fábrica de la iglesia y la Cofradía del Santísimo Sacramento construyeron la nave del Evangelio.  Así mismo se apuntaló la nave mayor.
El 2 de julio de 1652 se produjo accidentalmente un incendio en la iglesia, quedando ésta totalmente destruida a excepción de sus paredes. Inmediatamente el párroco González Guirola, por cuenta propia y con la ayuda de sus feligreses, emprendió la restauración de la iglesia. En 1658 se logró restaurar la nave mayor con tirantes mudéjares importados de Andalucía y Portugal. En los años siguientes se llevó a cabo la restauración de las naves de la Epístola y del Evangelio.
El siglo XVIII es denominado por el escritor Sebastián Padrón Acosta como “El siglo de oro de la parroquia”. Se emprende la edificación de las quintas naves y también las capillas de Ánimas y del Ecce Homo al pie de las naves del Evangelio y de la Epístola respectivamente.
Con la ampliación de las quintas naves, la capilla mayor resulta desproporcionada, por lo que se consideró necesario derribarla y darle una mayor amplitud. Con este fin se compró en 1724 una casa que estaba a espaldas de dicha capilla, e inmediatamente se procedió a la ampliación y a la colocación del nuevo retablo.
La iglesia mide 68 metros de largo por 25 de ancho y 11,50 metros de alto. La cúpula tiene de alto 78 pies. Es un conjunto arquitectónico de estilo toscano. Las columnas  son de piedra del país. Contiene 14 capillas y en su exterior luce unos balcones de madera estilo canario que hacen de la misma un conjunto arquitectónico singular.
El 8 de diciembre de 1736 se estrena el Púlpito de mármol de colores importado de Génova y regalado por el capitán Matías Rodríguez Carta.
En 1738 el referido capitán patrocina la construcción de la conocida capilla de Carta, situada al lado de la ante sacristía, con su precioso retablo barroco tallado por el artista francés Verau.
En 1776 el obispo Fr. Juan Bautista Cervera, O.F.M determina que se construya una torre nueva, según el diseño del arquitecto Antonio Samper y entrega al párroco José Gaspar Domínguez un donativo de 8.000 reales de plata con este fin. Con este donativo y la ayuda de los vecinos, se inició la construcción de la torre, junto a la puerta de la nave del Evangelio, que concluyó en 1782.
El 25 de julio de 1797, las fuerzas inglesas, al mando de Horacio Nelson, desembarcaron en Santa Cruz, con el objeto de posesionarse de la ciudad. Las fuerzas locales y el pueblo, al mando del General Antonio Gutiérrez, hicieron frente al invasor. En el combate, Nelson perdió un brazo y tuvo que firmar la paz. Con este motivo, la parroquia fue escenario de la celebración religiosa que tuvo lugar tras la victoria. Las dos banderas de Nelson fueron  depositadas en la capilla de Santiago. El General Gutiérrez al morir, en 1730, recibió sepultura en esta capilla. También en ella se encuentran los restos del autor de los Cantos Canarios: Teobaldo Power, fallecido en 1884.
Resulta imposible hacer aquí una exhaustiva reseña de todas las obras realizadas en la iglesia durante este siglo y enumerar el rico patrimonio adquirido en ese tiempo.
Entre los donantes, merecen especial mención los hermanos sacerdotes Ignacio y Rodrigo Logman, párroco de la Concepción y Vicario de Santa Cruz respectivamente, quienes, en 1724, construyeron a sus expensas la capilla y sacristía de Ntra. Sra. Del Carmen y fomentaron su culto. Estos sacerdotes, además de cuidar con esmero la vida espiritual y el edificio material del templo parroquial, enriquecieron el depósito patrimonial con valiosos objetos de culto. Fueron los constructores del hospital que hoy ocupa el museo arqueológico de la naturaleza y el hombre. Otro de los benefactores insignes fue el capitán Matías Bernardo de Carta, que con su familia, dejaron a la parroquia los hermosos legados de la capilla que lleva su nombre y el púlpito de mármol y contribuyeron a la mejora y restauración del templo. Merece también destacar el nombre del capitán  Bartolomé Montañés González, que contribuyó al esplendor del culto divino de la parroquia y regaló el magnífico lienzo de “El Nacimiento de Cristo”, de Juan de Miranda, una de las joyas de la parroquia.
El historiador José de Viera y Clavijo en su obra “Historia General de las Islas Canarias”, refiriéndose a Santa Cruz de Tenerife hace la siguiente descripción: “la iglesia parroquial es de cinco naves, magnífica, sumamente adornada, rica de alhajas y ornamentos, coro de hermosa sillería, numeroso clero y un cura beneficiado, provisión del rey. Hacen los oficios divinos con mucha dignidad”.
En el siglo XIX, el año 1829, se llevo a cabo la restauración del enlozado del templo. El 12 de febrero de 1862, se estrenó el nuevo órgano, traído de Londres y construido por la casa Bebington e Hijos.
Con motivo de la desamortización y de la exclaustración de los religiosos en España, muchas imágenes del vecino convento dominicano de Ntra. Sra. de La Consolación, fueron recogidas en la iglesia parroquial. Entre ellas, merecen citarse: la pequeña imagen de Ntra. Sra. de La Consolación, traída por el Conquistador, el Cristo del Buen Viaje, talla del siglo XVII, Jesús Nazareno y otras. Igualmente, desde el convento franciscano de San Pedro de Alcántara se recogió la talla de San Antonio Abad.
El 21 de Enero de 1877, el obispo de Canarias y administrador apostólico de la Diócesis de Tenerife, D. José María de Urquinaona y Bidot, consagró el templo parroquial dedicándolo a la Inmaculada Concepción de la Virgen María. En 1896, la Cruz de la Fundación, que estaba instalada entonces en el hospital de Ntra. Sra. de Los Dolores, queda colocada de forma permanente en la iglesia de la Concepción.
En este mismo siglo se adquirieron las imágenes de la Inmaculada Concepción, titular de la parroquia, obra del escultor Fernando Estévez del Sacramento y la imagen de la Virgen Dolorosa, de José Luján Pérez.
A principios del siglo XX, el párroco Francisco Herraiz Malo, sacerdote de honda formación y vivo celo apostólico, estableció en la Diócesis con sede en la parroquia, la obra Eucarística de las Marías de los Sagrarios; Crea la hoja “Mensajero Parroquial”; instaura en 1919, la salida procesional de la Virgen de Ntra. Sra. del Carmen. Fundó la Caja General de ahorros y Monte de Piedad. Gestionó la venida a la parroquia de los Padres de la Compañía de Jesús. Durante este tiempo, merece recordar la presencia en la parroquia, como coadjutor suyo, del que fuera obispo de Tenerife, doctor D. Domingo Pérez Cáceres.
Desde 1930 hasta 1996 rigieron la parroquia los Padres de la Compañía de Jesús, dejando una profunda huella tanto en el ámbito parroquial como en los distintos estamentos religiosos de la ciudad y de la isla especialmente en el seminario Diocesano. La estancia de los Jesuitas en la parroquia fue ocasión para que Padres de la Compañía de Jesús, conocidos en  el ámbito nacional por su preparación, se hiciesen presentes en la parroquia con motivo de ejercicios, novenas, cursillos y conferencias.
En la segunda mitad de este siglo, la parroquia vivió los cambios experimentados en la iglesia española en lo referente al despertar del apostolado seglar como los movimientos de Acción Católica, Cursillos de Cristiandad, Apostolado de la Oración, Cáritas, y otros movimientos y asociaciones; así como también los organismos de cooperación eclesial marcados por el Concilio Vaticano II y establecidos por el nuevo código de Derecho Canónico.
En el año 1990 se cerró la iglesia para proceder a una profunda restauración, cosa que se llevó a cabo mediante convenio de cooperación económica entre el Cabido Insular de Tenerife, el Gobierno de Canarias, el Ayuntamiento de Santa Cruz y la iglesia. Durante este tiempo, los cultos parroquiales se celebrabas en un local edificado por la parroquia sobre un solar del ayuntamiento cedido temporalmente para este fin. La iglesia bellamente restaurada en su pavimento, artesonados, y columnas, bajo la dirección del arquitecto José M. Márquez Zárate, y la ejecución de la constructora Víctor Rodríguez abrió sus puertas el 8 de diciembre de 1996.
Durante el año 1999, la parroquia celebró el V Centenario de su fundación con diversos actos que culminaron el día 8 de diciembre con la Coronación Canónica de la imagen de la Inmaculada Concepción efectuada por el obispo D. Felipe Fernández García.
La tarde del 31 de marzo del año 2002, la parroquia sufrió los efectos del Aluvión que afectó a un gran sector de la ciudad en el que, tanto el templo como las dependencias parroquiales y enseres del culto quedaron seriamente dañados. Este triste evento se ha repetido en tres ocasiones en años siguientes.
El 12 de octubre de año 2002 tiene lugar la venida a Santa Cruz de la Patrona de Canarias, Ntra. Sra. de Candelaria, en la primera de sus visitas periódicas establecidas por el obispo de la Diócesis. La imagen permaneció en el templo hasta el día 23, con una permanente y masiva asistencia de fieles y abundantes frutos espirituales.
A lo largo de sus siglos de existencia, la parroquia a contado con la presencia, la acción y hermandades que robustecen y alientan la conciencia comunitaria. Por su continuidad podemos citar: la Hermandad del Santísimo Sacramento que, bajo diversas denominaciones y con distintos estatutos, ha tenido una vida fervorosa y operante desde el siglo XVI; la Cofradía de Ntra. Sra. de la Concepción presente en la parroquia desde mediados del siglo XVII, y que en 1721 se una a la Cofradía de Ntra. Sra. del Carmen con  el nombre de Cofradía de Ntra. Sra. de La Concepción y del Carmen; también debemos citar a la Cofradía de Ntra. Sra. de La Merced que tuvo gran importancia en el siglo XVIII.
A medida que va creciendo la población, se van segregando de la parroquia Matriz otras parroquias. En la actualidad son 45 las parroquias que, de forma directa o indirecta tienen su origen en la parroquia Matriz de Ntra. Sra. de la Concepción.
En resumen, se puede afirmar que Santa Cruz de Tenerife y la parroquia de Ntra. Sra. de la Concepción nacieron juntas al pie de la Santa Cruz; juntas han recorrido el trayecto de su historia; su pavimento guarda piadosamente los restos de sus mayores; sus campanas han proclamado sus sentimientos más entrañables y comunes vividos por la comunidad; su archivo guarda celosamente profundos secretos y evocables recuerdos. Para Santa Cruz la parroquia Matriz de Ntra. Sra. de la Concepción ha venido a ser lo que el Papa Beato Juan XXIII decía: “La parroquia es la fuente del pueblo a la que todos acuden a calmar su sed”.

        MAURICIO GONZÁLEZ GONZÁLEZ
        Párroco



ERMITA DE SAN TELMO

José Manuel Ledesma Alonso
Cronista Oficial de Santa Cruz de Tenerife

Pedro González Telmo (Fromista-Palencia, 1190- Tuy-Pontevedra, 1246) fue inculcado al sacerdocio por su tío y preceptor, don Tello Téllez de Meneses, cursando estudios científicos y humanidades en la Universidad de Palencia, primera Universidad de España.
Al ser nombrado Canónigo de la Catedral de Palencia, desfiló por toda la ciudad a lomos de un caballo lujosamente enjaezado, con gran pompa y cortejo. Las ovaciones recibidas lo ensordecieron de tal manera que, al picar espuelas, perdió el equilibrio y fue a dar de bruces en un barrizal, ante las risas y burlas de todo el pueblo. Agradeciendo a Dios la humillación sufrida, renunció a su cargo de Canónigo e ingresó como novicio en el convento de la Orden de Predicadores de Palencia.
Su apostolado lo inició visitando todos los pueblos de Castilla. Al irse extendiendo su fama de Santidad, su nombre empezaría a ser conocido y reverenciado hasta tal punto que doña Berenguela lo eligió confesor de su hijo Fernando III el Santo.
Conocedor de las penalidades de la gente de la mar, la dureza de su trabajo, los peligros de su labor diaria, y la angustia en la que quedaban sus familias, conseguiría subsidios del Rey, creando lo que hoy se conocen como las Cofradías de Pescadores.
Al ser llamado a Portugal por su prima doña Mayor Alonso de Meneses, esposa del Conde de Trastámara, se instaló en el hospital de Güimaraes, desde donde difundió su apostolado. Luego pasó a Santiago de Compostela, Lugo y Tuy, en las que sus predicaciones eran seguidas de extraordinarios prodigios. También se dedicaba a construir puentes, como los que todavía se utilizan en Bromista, Bayona, y Rivadavia.
El domingo de Ramos de 1246, cuando estaba predicando en el
convento de las monjas de Pexegueiro (Tuy), anunció que se acercaba su muerte y que deseaba recibirla en Compostela; por ello, al terminar la misa quiso tomar el camino de Santiago, pero la fiebre se lo impidió y tuvo que regresar a Tuy, donde falleció y fue enterrado en su Catedral. En el sepulcro, reconstruido en 1579, se lee: “Aquí reposa San Telmo, el Patrón de los Navegantes”.
Existía tanta protección directa de San Telmo con la gente de la mar que, 12 años después de su muerte, el obispo Don Gil Pérez de Ceveira, fiel devoto suyo, recopiló 180 de los milagros realizados, los cuales fueron avalados por 96 testigos.
Ante todas estas evidencias, el Papa Inocencio IV lo beatificó el 15 de abril de 1254, siendo declarado Patrón de los navegantes y pescadores por Bula Pontificia de 1741.

Ermitas

Los marineros gallegos se encargaron de divulgar las virtudes del Santo, y su devoción se extendió por todo el mundo cristiano y en la mayoría de los puertos de mar existe una parroquia dedicada en su honor.
En nuestra Comunidad, se han levantado ermitas en San Sebastián de la Gomera, destruida por los piratas hugonotes en 1571 y vuelta a reconstruir en 1689; en el puerto de la Estaca (Hierro) fue edificada en 1689 y reconstruida en 1725; la de Santa Cruz de la Palma se construyó en 1574, aunque hoy la Imagen se encuentra en la ermita de la Virgen de la Luz, sobre una peana que representa un galeón a todo trapo; en Las Palmas de Gran Canaria, la ermita del siglo XVI fue incendiada en la invasión de Van Der Does en 1599. La actual, edificada en 1747, se encuentra en el antiguo muelle.
En la isla de Tenerife se le dio culto en los tres grandes puertos dedicados al comercio exterior: Garachico, Puerto de la Cruz, y Santa Cruz de Tenerife.
En Garachico, la imagen se veneraba en la ermita construida en 1579, la cual sería destruida en la erupción del volcán Arenas Negras (1706), siendo el Santo trasladado a la ermita de Los Reyes.
En el Puerto de la Cruz, la imagen se encontraba en la iglesia del convento dominico de San Telmo, levantado en 1608 y desaparecido en un incendio en 1778; entonces, los maestres del gremio de mareantes le construyeron la ermita que todavía perdura, y tomaron la obligación, ellos y sus descendientes, de sostener la fiesta con el 1,5% de sus ganancias.
En Santa Cruz de Tenerife, su ermita ya aparece dibujada en el plano de Torriani de 1588. Fue construida a expensas de la cofradía de pescadores con las limosnas recibidas el día de su festividad litúrgica.
En 1893 a la ermita se le agregó una torre de 19 metros, la cual tuvo que ser demolida después del temporal de 1918; años después, la apertura de la calle obligaría a reducir el pequeño templo. Su fachada, curiosamente construida de espaldas al océano, está configurada por una puerta de cantería, y consta de espadaña y una pequeña sacristía.
La capilla mayor estuvo decorada con frescos relacionados con temas marineros: La tempestad, en los extremos del Evangelio, y navegación feliz, al lado de la Epístola.
La imagen de San Telmo, de candelero, ataviada con el hábito de la orden dominica, porta una vela en la mano izquierda y un navío en la diestra.
Su festividad se celebra el 14 de abril. Antiguamente era una de las mejores fiestas de Santa Cruz, y a ella solían acudir los pescadores del barrio del Cabo, acompañados de familiares y vecinos.